Este post sobre piscinas en las azoteas de edificios, las cuales siempre han llamado mi atención, lo comencé a escribir unos meses antes de abrir mi blog inspirándome en un artículo que leí de un libro de Taschen,” New York interiors” pero lo dejé sin terminar, y aunque aquí el verano ya se está acabando, en otros lugares del mundo está comenzando, y siempre puede servir de ayuda para quien quiera construirse una piscina en lo alto de su casa para la próxima estación veraniega, o simplemente como yo, averiguar para saber un poco más del tema.
En 2004, el arquitecto Jonathan Leitersdorf convirtió una antigua fábrica de sombreros de diez pisos en el NoHo (Manhattan) en varios lofts de 465 m2 que ocupan plantas enteras, y decidió quedarse el piso superior. Añadió otros 325 m2 más en forma de ático de dos alturas y así obtuvo un tríplex. Lo llamó «La casa de verano» ya que la vivienda se abre hacia una terraza ajardinada y ante una piscina de 9 m de largo. Claro que para él construirla fue muy fácil, pues la piscina sustituyó al tanque de almacenamiento de agua que formaba parte del sistema de aspersión de la fábrica original.
Si partimos de cero, para proyectar una piscina en la cubierta de tu casa, primero hay que dejar el espacio para el vaso en el piso inferior y en su diseño, hay que contemplar varios factores: el peso del vaso, el peso del agua y el balanceo del agua que provoca mucho más peso añadido a los anteriores. Como ejemplo genérico para entender el peso del agua y el refuerzo que necesita podemos decir que para una piscina de 8,5 y 3,5 con una superficie de 29,75 m2 y una altura de agua de 1,20 metros tendríamos 35,7 m3. Esto supone 35.700 litros de agua. Por ello, necesitaríamos un forjado reforzado en ese ámbito de 1200 kg. para el agua más 600 kg. del propio forjado, lo que nos daría un refuerzo total de 1800 kg.
Materiales para la estructura de la piscina hay muchos, como el hormigón gunitado o los prefabricadas de poliéster, pero sin duda el mejor es el acero inoxidable, que pesa un 80% menos que el hormigón, permite cualquier forma y medida y no requiere mantenimiento durante al menos los primeros 20 años.
El acero inoxidable ha ganado mucho terreno en estos últimos años por su rápida instalación (entre 10 y 15 días) y su gran resistencia y durabilidad, comparables a la del hormigón. Otra de las ventajas es la gran flexibilidad de los paneles que las forman, que permiten multitud de formas y diseños. Como defectos, señalar su precio elevado, en torno a 1.600 €/m2, con proyecto y permisos incluidos.
Su instalación consiste en soldar unas placas con otras y luego recubrirlas de PVC reforzado en una sola pieza. Es inalterable a vibraciones, cambios de temperatura, agresiones por agentes desinfectantes. Un material limpio e higiénico.
En cuanto al mantenimiento de las piscinas, antes se optaba siempre por vaciarlas hasta la llegada de la época estival, pero ahora existen otras alternativas más prácticas y ecológicas, gracias al uso de productos químicos. Si son de agua salada el gasto en mantenimiento es mínimo, pues su conservación se hace prácticamente sola. Solamente la depuradora supondrá un gasto eléctrico considerable.
Una de las piscinas más espectaculares, vista muchas veces en Idealista, es la suspendida en este edificio en Londres, donde los usuarios pueden cruzar de un lado al otro del edificio, no os gustaría daros un baño aquí? Ahora ya estáis un poco más cerca de cumplir vuestro sueño de tener una piscina en la azotea para el próximo verano. ¡Feliz semana!
Créditos fotografías: Taschen, Greek design, Idealista.