¿Podrías llegar a sentir que estás en una espectacular sala de cine sin moverte de tu casa? ¿Viendo películas, o cualquier canal de la tele, con amigos, con la familia, y al mismo tiempo hablando o incluso disfrutando de una buena cena? Es posible. Y si te encanta estar plantado ante una gigantesca pantalla y tienes suficiente espacio en tu casa para crear una sala de cine, tienes que pensar que por mucho tiempo no vas a pisar uno de ellos, así que tienes que hacerlo a lo grande.
Los mejores sitios de una casa para ubicar una sala de cine son los sótanos y las buhardillas. En cuanto al tamaño de la sala, el standard son 30 m2 para para 8 personas y 6.5 m de largo, pero dependiendo del espacio del que dispongamos hay que ir acomodando anchura con longitud y altura. Del tamaño original que tengamos hay que tener en cuenta que hay que descontar unos 15 cm. de aislamiento en las paredes y techos.
Primero, la forma de la sala es muy importante, es recomendable que sea rectangular y no cuadrada, y si las paredes y techos no son paralelos entre ellos mucho mejor, porque una de las leyes de la insonorización habla de romper paralelismos, para que no se produzcan ecos ni sonidos raros; es decir mejor irregular que regular, preferiblemente sin ventanas pero con climatización por aire acondicionado.
Aparte de la forma de la sala hay cinco elementos básicos, hasta imprescindibles que no pueden faltar: una buena pantalla y proyector de video, una buena instalación de sonido, una buena insonorización, una buena iluminación y una buena decoración.
El corazón de una sala de cine es la pantalla. La elección depende de muchos factores y por supuesto también está el tema económico. Se puede colocar una televisión de hasta 100 pulgadas y 4K de resolución, o una pantalla de 300 pulgadas con proyector. Es aconsejable no proyectar sobre una pared o sábana blanca, pues la luz rebota y la calidad de la imagen no es la esperada. Al instalar el proyector hay que montar una interfaz para un mando a distancia para poder darle al “play” cómodamente desde la butaca.
Las pantallas suelen llevar altavoces integrados pero ese sonido es insuficiente por lo que hay que colocar en varios puntos de la sala, y hasta en el techo altavoces y amplificadores envolventes y subwoofer, para reproducir los efectos especiales.
En cuanto a la insonorización hay muchas soluciones, tantas como tiendas y fabricantes visites. Una buena opción, cómoda y con la que conseguiremos amortiguar los efectos sonoros y no molestar a los vecinos es incorporar sobre las paredes y techos existentes un trasdosado de placa de yeso laminado con su estructura y relleno de fibra de vidrio. En el suelo lo mejor es colocar madera o moqueta.
La iluminación. En los techos nunca hay que colocar luces sobre la zona de asientos, solo algún punto de luz entre la pantalla y la zona de asientos y siempre regulables. La mejor iluminación es lateral y cenital.
Para la experiencia completa del cine en casa y recrear el ambiente hay que elegir unas cómodas butacas fijas, sillones reclinables o sofás. Lo mejor dispuestos en filas de dos y si puede ser ir elevándolas, mucho espacio para las piernas y soportes para bebidas.
A la hora de elegir los colores tanto de paredes, suelos y mobiliario lo mejor son colores de medios a oscuros pues evitaremos brillos, reflejos y sombras, pero siempre recordando que la pantalla es la protagonista.
Con estas pinceladas básicas, el presupuesto y la creatividad que tengáis, ya podéis empezar a dar forma a esta idea de cine privado para el próximo año. ¡Que lo disfrutéis!
Créditos fotografías: Technohaus y decofilia
Créditos fotografía portada: Ahmet Yalçinkaya